martes, 9 de septiembre de 2014

Texto Argumentativo



Vivimos en un mundo en el que la eficiencia es la moneda más cara. Sin embargo, existen múltiples factores para pensar que las condiciones no son iguales para todos. Por lo menos en herramientas y útiles de trabajo. Los discapacitados sufren más que ninguno esos problemas.
Pero, un grupo de personas, sin tener deficiencias físicas, poseen características que impide su normal desempeño: los zurdos.

Poco se habla del tema y muchos son los que manejan sus extremidades izquierdas. No son reconocidos en los lugares de trabajo, por lo que no poseen elementos acordes. No son frecuentes los comercios que se ocupan de vender artículos para ellos. Y mucho menos, se toma consciencia de sus dificultades. Ni siquiera ellos mismos.

En consecuencia, para poder entender el desarrollo de la vida diaria de un zurdo, era necesario ponerme en su lugar. Vivir la historia a contar. Ejercer el Nuevo Periodismo:
. “Paralelamente a mi entrevista con Mariel, decidí preguntar a mis amigos de facebook quiénes eran zurdos”.
. “Decidí entonces intentar vivir una semana como zurdo. Por lo menos en cuestiones simples, de todos los días. Me calcé el traje e intenté ponerme en el lugar de mi hijo, en casa. Para saber qué cosas tengo que cambiar para simplificarle la vida y a su vez, ejercitar mi hemisferio izquierdo”.
. - Como si no fueran gente normal – acoto.
  - Es que la gente dice eso- confirma –´Yo no sé por qué este chico salió zurdo, si en la familia somos todos normales´, y después se dan cuenta y ponen cara de ´la cagué´.
. “Los días cálidos que anticipan la llegada de la primavera son muy placenteros. Sobre todo en el momento en que el sol se va despidiendo en el horizonte y se tiñe de un naranja que invita a la cerveza con amigos. Como para no contrariar al clima, en eso estábamos con algunos compañeros de crepúsculo cuando alguien esgrime la teoría que inicia el debate: los mejores músicos son zurdos”.

Asimismo, se cuentan historias, de zurdos en este caso. El Periodismo vuelve a contar historias, como esgrime Tomás Eloy Martínez:
. “Me parece complicado y peligroso cuando uso el transporte público. Si todavía no subí y quedo agarrado cuando el colectivo inicia la marcha siempre estoy a punto de caer debajo, dado que la fuerza del arranque me saca hacia afuera, a diferencia del derecho que cuando se toma de afuera y el colectivo comienza la marcha, la fuerza del desplazamiento lo empuja hacia adentro- escribió Daniel”.
. “Pero Alfredo, me contó que uno de sus hijos pateaba con ambos pies indistintamente, pero que  al incentivarlo le daba sólo con la zurda. Y concluye: “Supongo que en muchos casos es una cuestión de costumbres”.

También las Ficciones verdaderas de Tomás Eloy Martínez están presentes en el texto:
. “Mariel recordó a un primo al que le costó mucho aprender a manejar. De hecho, rindió varias veces para obtener el carnet. Lo peor es que al poco tiempo se fue a vivir a Dublin, donde los autos tienen el comando a la derecha. Por lo que tuvo que re-aprender a conducir”.

De la misma manera se cumple con el postulado de Elinor Ochs. Se trata de un suceso que debe ser contado:
. “El mundo entero está al revés para nosotros”, sentenció Mariel. “Uno tiene que estar mirando cómo es la vida, que uno la tiene dada vuelta”.

Se narran situaciones y estados mentales de los protagonistas:
. “Dicen que somos torpes, pero lo somos porque me están dando para laburar algo…..´agarrá algo con la izquierda y vas a ver que sos tan torpe como yo´”- mientras se enoja, me mira como si yo fuera el culpable de tantos años de prejuicios”.

Sumado a esto, se trató de empalabrar la realidad para explicar situaciones, tal como plantea Chillon:
. “El ejercicio me hizo descubrir muchas cosas que solemos hacer casi de forma inconsciente, y que no están pensadas para zurdos. Al momento de vestirme, me dí cuenta que la bragueta de los pantalones tapa de izquierda a derecha y los botones de las camisas también. Aunque me aclararon que las de mujer, son al revés. Por lo que ya no sólo es una cuestión de habilidades, sino de géneros.
También advertí que las canillas de agua fría, las que más se usan, están a la derecha. Aunque las del bidet están de la misma manera, pero se usa al revés.
- Una para el lado de los zurdos- pensé”.



Me metí en la historia a través de búsquedas en internet. Encontré información en las siguientes páginas:






Para ampliar información, hay links hacia:




 
Resultaron de mucha utilidad Goggle, Youtube y principalmente Facebook, donde contacté a muchas personas zurdas que me brindaron su testimonio. Incluso, por medio de esa red social contacté a Mariel Costa, mi entrevistada:

 
Las imágenes fueron extraídas de la página:

 
En el texto “Somos otro ladrillo en la pared”, hay dos links: