sábado, 18 de mayo de 2013

Cambiaso-Pereyra Rossi: a 30 años, el comienzo del fin


Laboratorio de Producción Multimedial I – 2013
Martín Bechiarello – Comisión B

Ya pasaron 30 años del secuestro, tortura y asesinato de Osvaldo “el Viejo” Cambiaso y Eduardo “Carlón” Pereyra Rossi. El primero, dirigía la Agrupación Peronista para la Liberación. El segundo, era miembro de la Conducción Nacional de la Organización Montoneros. Ambos fueron “levantados” el 14 de mayo de 1983 por un grupo parapolicial. A los tres días se supo que habían muerto. El cuerpo de abogados informó recientemente que se está a un paso de concretarse el juicio oral y público. A 30 años del suceso, parece que la historia comienza a tener un cierre judicial.

Cuando a comienzos de la década del ´80 comenzaba a emitirse por televisión una serie que se convertiría en un clásico, nadie podía suponer que su nombre estaría ligado a uno de los hechos más trágicos y renombrados del terrorismo de estado que azotó a la historia argentina por varios años. La serie protagonizada por Tom Selleck en Hawaii, relataba las aventuras de un investigador privado, atrevido y seductor, de apellido Magnum. El bar del mismo nombre, ubicado en Córdoba 2787, casi Lagos, fue el lugar desde donde se llevaron al “Viejo” y a “Carlón”. Según consta en la investigación del caso, llevado adelante por el fiscal de San Nicolás Juan Murray, la zona había sido liberada para que dos autos pudieran llevarse a los militantes que estaban dentro del bar. A los cuatro días, sus cuerpos fueron encontrados sin vida en un camino rural de  la localidad bonaerense de Lima, cercana a Campana. Tenían evidencias de haber sido torturados y con balazos que demostraban que habían sido asesinados a corta distancia y por la espalda.

Sin embargo, el por entonces sub comisario de la Policía Bonaerense, Luis Abelardo Patti, declaró que ambos dirigentes perecieron tras un enfrentamiento con la fuerza policial. Es lo que figura en el expediente. Los cadáveres expresaban algo muy distinto.

Al cumplirse 3 décadas, familiares, compañeros de Montoneros y otras agrupaciones, y militantes actuales, les rindieron homenaje en el mismo lugar donde se los vio por última vez soñando con un país distinto. También se recordó el asesinato de Raúl Yaguer, ocurrido el 30 de abril de ese mismo año en Córdoba. Cuando la noche comenzó a apoderarse de la ciudad, los presentes se hicieron dueños de la cuadra, y de cara al bar Magnum recordaron al Viejo Cambiaso y a Carlón Pereyra Rossi. Quien llevó las riendas del encuentro fue Juan Emilio Basso, de la agrupación Hijos Rosario, que hizo alusión a “las banderas que los compañeros dejaron tras su caída pero que hoy se siguen levantando: el sueño de patria para todos, la posibilidad de un socialismo nacional, la revolución como la que soñaron los montoneros”.


Basso también aseguró que hacer verdadera justicia, no es sólo “meter en cana a los represores”, sino construir una patria como la que querían los compañeros.

Luego de hacer la apertura, dio paso a un video donde se pudo ver y escuchar una entrevista que le hicieron a Eduardo Pereyra Rossi en agosto de 1982. Acto seguido, el doctor Álvaro Baella, miembro del equipo jurídico de Hijos, explicó que la causa está próxima a un juicio oral y público. Posteriormente, se escuchó a la tímida y emocionada Gladys Cambiaso, hermana de Osvaldo, quien agradeció la convocatoria y explicó que su hermana Ethel no pudo asistir.


Tanto ella como los muchos compañeros de actividad en la década del 70 tenían anécdotas para contar y remarcaron lo valiosos que fueron Osvaldo y Eduardo como personas, compañeros y dirigentes. Hacia allí fueron los relatos de Carlos Pérez Rizzo, quien compartió días en la cárcel, Gloria Canteloro  y José Berra, quienes actualmente pertenecen al Movimiento Evita.  Todos destacaron la importancia de Cambiaso y Pereyra Rossi en aquella lucha. Otros dirigentes peronistas expusieron en el acto, como Hugo Ríos de la Corriente Nacional Descamizados. Además, representantes de organizaciones de derechos humanos como José María Budassi de la Mesa de la memoria por la Justicia de San Nicolás y Lúis Megías del Colectivo de ex Presos Políticos y Sobrevivientes. Éste, destacó la presencia de caras jóvenes y la renovación que se vive en la militancia. Aseguró que los 3 dirigentes homenajeados “viven” en la juventud que abraza la política en la actualidad. Trazando una relación entre aquella generación y la actual, pero siempre destacando el rol de la militancia en la democracia.

Como cierre del acto, se descubrió una placa que puede contemplarse en la vereda del bar. Un baldosón que rememora el episodio ocurrido hace 30 años firmado por el Movimiento Evita. 

Quizás esa sea la continuación de la lucha que erigían los militantes políticos y sociales de aquella época. Intentando recuperar la democracia y tratando de evitar que unos pocos se adueñen del sueño de muchos. A ellos, y a los que no se animaban a la lucha, Pereyra Rossi les apuntó en su poema Convocatoria:

Convoco a los que todos los días se levantan y salen a yugarla por migajas que no alcanzan, a que se rebelen. / Convoco a los que todos los días vacilan en ir o no ir al templo que envejece los corazones. / Convoco a los que caminan sin rumbo en una tarde cualquiera, buscando una razón. / Convoco a los pacíficos que no están cumpliendo con su deber a pesar de sus buenas intenciones. / Convoco a los que no comen lo suficiente ni se abrigan lo necesario y tienen sed torrencial. / Convoco a los pequeños de ambiciones que dejan a los demás ambicionar más de la cuenta. / Los convoco a dar vuelta el pulóver, a pegarle al prepotente y a escupir en la cara a los que no han sido convocados. / Los convoco a romper lo que no sirve, a perpetrar los robos necesarios, y a recuperar lo perdido. / Los convoco a cagarse en el miedo y patear las puertas donde encerrados están los condenados. / Los convoco a abrir las cárceles a ventilar las tumbas y a levantar las calaveras de los hermanos heridos de muerte. / Los convoco a abrazarse en las plazas del país, a escribir los muros, y a fusilar a los fusiladores. / Los convoco a no atar nada, sino a despedazar las cadenas. / Los convoco a agitar banderas y colores y correr liberados por las calles y por los campos húmedos de rocío. / Los convoco a ser sinceros, a putear a los hijos de puta, a desobedecer al tirano, a amar sin límites y a odiar. / Y si, a ésa convocatoria por impolítica no concurre nadie, ¡Mala leche! Quedan entonces convocados al entierro de la vida del que tuvo ésta pésima idea. / Sí a ésta convocatoria vienen algunos, pero no todos los convocados, no importa, en la próxima seremos más. / Y, si a ésta convocatoria, vienen todos los convocados, la cordura habrá invadido en Revolución nuestro país para siempre. 

Quizás la justicia tarde 30 años en resarcir los crímenes cometidos. Pero como previno el mismo Pereyra Rossi, es “Sólo una mediación”

“Si me preguntan a golpes/ diré que sé/ que sé que serán devueltos/ los servicios prestados/ a su debido tiempo/ el que medie entre mi muerte y la de ellos”



Fotos utilizadas para el fotomontaje:


(La foto del Bar Magnum es de producción propia)

La causa que durmió 30 años

Laboratorio de Producción Multimedial I – 2013
Martín Bechiarello – Comisión B

Durante el acto en conmemoración a los 30 años del asesinato de Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi, el doctor Álvaro Baella, miembro del equipo jurídico de la agrupación Hijos Rosario, informó que el caso estaba a un paso de elevarse a juicio oral y público.
Eduardo "Carlón" Pereyra Rossi era miembro de la Conducción Nacional de la Organización Montoneros. Osvaldo “el Viejo” Cambiaso dirigía la Agrupación Peronista para la Liberación. La investigación revela que fueron emboscados el 14 de mayo de 1983 en el bar Magnum, de Córdoba y Lagos, por una patota. Al cuarto día sus cuerpos aparecieron sin vida en la localidad de Lima.

Algunos detalles de la operación fueron relatadas por el represor Eduardo “Tucu” Constanzo en una entrevista brindada al periódico El Eslabón en enero de 2011. Cabe aclarar que Constanzo, cumple prisión domiciliaria por estar condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad. En la nota, Constanzo aseguró que los episodios le fueron contados por el Barba Cabrera, quien hacía seis meses que lo venía siguiendo a Cambiaso. Cabrera vivía en Pérez a pocas cuadras del militante. Continúa diciendo que “Pereyra Rossi venía de Buenos Aires y Cambiaso lo iba a esperar en la terminal. Pero parece que Cambiaso lo hace bajar antes. Y toda la patota encabezada por Pascual Guerrieri y Victor Hugo Rodriguez, alias Chuli, se vienen de la terminal con el operativo ya fracasado. Pero otro muchacho, de nombre legal Daniel Ferrere, los ve entrar a Cambiaso y Pereyra en el bar Magnun, los llama por handy y todos convergen ahí. Los primeros son Guerrieri y Rodríguez y al volante en ese auto venía uno que le decían Choper, creo que Vanzinni el apellido.” El represor prosigue su relato con la llegada de la patota al bar: “Guerrieri adentro los tenía apretados. Campilongo, uno del destacamento, también estaba en la puerta y no dejaba pasar a nadie por la vereda. Y se los llevan a Cambiaso y Pereyra Rossi, en el camioncito que usaban para transportar los cuerpos, a Oroño al fondo, donde estaban haciendo la Circunvalación. Ahí los tienen todo el día torturándolos y a la noche se los llevan y le entregan a Patti.” Además detalló que a Cambiaso se lo llevan en su propio auto, un Fiat 1500, tirado en el suelo, mientras Porra va con los pies arriba de su espalda. Mientras, en otro auto lo llevan a Pereyra Rossi y lo va pisando Filtro, “creo que de apellido Sebastián, ex yerno del Coronel Pozzi”, agregó Constanzo. Por otra parte, reconoció al ex arquero canalla Edgardo Andrada como un miembro más de la patota.

Tres días después, el Ministerio del Interior de la Nación y la Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires, difundieron un parte donde afirmaban que habían sido "abatidos en un enfrentamiento" con la policía bonaerense. La historia oficial indica que los militantes murieron tras un tiroteo con agentes del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional Tigre, al mando del oficial inspector Luis Abelardo Patti, secundado por el sargento Rodolfo Diéguez y el cabo Juan Amadeo Spataro. Según esta versión, los hechos ocurrieron el sábado 14 de mayo a las 17:30, a la altura del kilómetro 103 de la ruta Panamericana, cerca de la localidad bonaerense de Lima.

Sin embargo, una autopsia realizada el 21 de mayo de 1983 comprobó que Cambiaso murió "tras recibir un balazo en la nuca, disparado a menos de un metro de distancia", y que tenía "signos de golpes en sus hombros, codos y rodillas". Otro examen médico demostró que Pereyra Rossi "fue torturado con picana", antes de ser asesinado de un tiro. La historia oficial tenía fisuras.

El 18 de junio, el juez penal de San Nicolás, Juan Carlos Marchetti, dispuso la prisión preventiva de los tres agentes de la bonaerense y calificó el caso como “homicidio calificado reiterado”. Además, ordenó la detención del médico policial que hizo la primera autopsia. Pero se desdijo y a los cinco meses, quedaron en libertad. El 4 de noviembre, la Cámara Segunda de Apelaciones de San Nicolás resolvió el sobreseimiento provisorio de los tres policías. Luego sería definitivo con la sanción de la Ley de Obediencia Debida.

Tuvieron que pasar quince años para que el caso vuelva a tomar estado público. Esta vez, el diputado provincial justicialista Orlando Barquín presentó un proyecto para que se esclarezca el hecho, ya que constituye “el último caso testigo de la metodología planificada por el terrorismo de Estado”. Además, se trató de esclarecer la responsabilidad del entonces intendente de Rosario, Alberto Natale. Mientras, Ethel y Gladys Cambiaso , hermanas de Osvaldo, presentaron ante el juez español Baltasar Garzón una denuncia contra el ex presidente de facto Reynaldo Bignone y Luis Patti por asociación ilícita, homicidio calificado y secuestro.

Pese a los intentos y la lucha por la justicia, la causa continuó parada hasta este año. Incluso el ex subcomisario Patti ejerció cargos públicos, como la de intendente de Escobar, y fue elegido Diputado Nacional, pero no pudo asumir al ser impugnada su nominación por la misma Cámara Legislativa. Otro participante destacado de la patota que participó del secuestro es Victor Hugo “Chuli” Rodriguez. Al día de hoy es el presidente de la asociación sanmartiniana Cuna de la Bandera, que cada año cruza los Andes. Por su labor, fue condecorado por el Concejo Municipal de Rosario, pero luego se revocó la decisión.

Tanto los familiares como las organizaciones de Derechos Humanos, continuaron luchando porque la causa no quede impune. En la actualidad, la querella y la fiscalía elevaron el pedido de juicio oral y público para que los 11 imputados sean juzgados por un Tribunal en la ciudad de Rosario, donde comenzó la historia. Según Álvaro Baella, miembro del equipo jurídico de Hijos Rosario, se trata de un fallo fraudulento, que en su momento fue “cosa juzgada”. 


Baella, destacó que entre los imputados hay integrantes de la Inteligencia del Batallón 121; integrantes de la Policía Bonaerense como Patti, Spataro y Dieguez; e incluso el general retirado Reynaldo Bignone, quien al momento de las muertes de Cambiaso y Pereyra Rossi, ejercía la presidencia del país.

La Justicia en Argentina es lenta, en este caso, lleva un retraso de 30 años.



Fuentes:

http://www.redaccionrosario.com/nuevo/2011/01/28/yo-no-soy-como-los-otros-represores/

http://www.alapalabra.com.ar/pdf/JC_CasoCambiaso.pdf 






Cambiaso y Pereyra Rossi: grandes militantes, grandes personas

Laboratorio de Producción Multimedial I – 2013
Martín Bechiarello – Comisión  B

Es difícil separar la militancia con la persona que se relaciona con sus compañeros y familiares. En el caso del Viejo y de Carlón, sus compañeros de actividad en el peronismo y familiares, los recordaron en el aspecto más terrenal. Como argentinos que no sólo soñaban con un país mejor, sino también como ciudadanos que buscaban expresar sus sentimientos en una poesía o reflejar belleza en una fotografía.

José “Pepe” Berra, ahora dirigente del Movimiento Evita, definió a Osvaldo Cambiaso como una persona querible, un tipo solidario, que estaba siempre alentando, ayudando, dándole una mano a los compañeros que estaban bajoneados.


Berra también definió a Pereyra Rossi, aseguró que era un militante muy formado en el marco teórico, con una entrega y una capacidad de militancia muy importante.

Carlón
Eduardo Pereyra Rossi, tenía 33 años cuando fue asesinado. Sus restos fueron sepultados el 19 de mayo en el cementerio de La Plata. Durante el velatorio, dos patrulleros permanecieron en la puerta de la funeraria. Quizás como parte del romanticismo que encarnaba en su lucha, dejó una serie de poemas. Poco antes de morir escribió “Sólo una mediación”, una suerte de testamento. “Si me preguntan a golpes/ diré que sé/ que sé que serán devueltos/ los servicios prestados/ a su debido tiempo/ el que medie entre mi muerte y la de ellos”. Cuando fue detenido, era militante de la organización Montoneros en la zona sur de la provincia de Buenos Aires.

Horacio Baster, actual vicepresidente de la Fundación Igualar y compañero de militancia de Carlón, señaló lo admiraba por ser un gran poeta y gran escritor.

“Eso me impactaba”, dijo Baster, “que pese a la dureza con la que tenía que tomar decisiones, tenía la sensibilidad para expresar las cosas de la militancia” en forma de poesía.

El Viejo
Osvaldo Cambiaso, el "Viejo", nació en 1941 en la localidad santafesina de Soldini, de padres agricultores. Ingeniero Químico y profesor e investigador de la Universidad Nacional del Litoral. Había sido detenido en 1976. Allí fue de manera indiscutida, según la militancia del momento, jefe de los detenidos peronistas montoneros. Con un precario estado de salud, que incluía insuficiencia cardíaca, acentuado por lo duro de la lucha y lo difícil de las detenciones. Apenas puso un pie en la calle, en 1981, comenzó a ser perseguido. La mañana del sábado 14 de mayo de 1983 salió de su casa, en la localidad de Pérez, cinco kilómetros al oeste de Rosario, y prometió que regresaría para la cena, pero nunca volvió.

Carlos Pérez Rizzo, conocido por el Viejo y por todos sus compañeros como “Cabezón”, aseguró que estar detenido “en el pabellón con el viejo Cambiaso era un orgullo, era la historia viva de la organización a la que pertenecíamos.” Pérez Rizzo lo rescató fundamentalmente como ser humano. “Tenía la humildad de los grandes, de los grandes compañeros que eran parte de la conducción de la organización, nos dolió cuando nos enteramos que habían matado a los 2”, continuó.

El Cabezón prefiere recordarlo como compañero y no como héroe. Afirmó que aún lo recuerda caminando rengo por los tiros que le habían dado, pero siempre con palabras de aliento para los que flaqueban por la dureza de la situación. También destacó que Cambiaso estaba con los compañeros de menor responsabilidad y con los que estaban a la par de él, y a todos les hablaba por igual.

Tras el secuestro y asesinato de los dos militantes, apareció la lucha de los organismos de Derechos Humanos y de los familiares para que los responsables paguen por su delito. Allí, las hermanas de Osvaldo nunca claudicaron. Gladys, lo recuerda con ojos impregnados de nostalgia, pero a la vez llenos de orgullo. Lo definió como una persona realmente buena, que anteponía siempre a los demás, antes que a sus propias necesidades.


Gladys destacó también la sensibilidad de su hermano. Y su afición por la fotografía. Concluyó afirmando que era “una persona convencida de lo que tenía que hacer”.

En el acto por el trigésimo aniversario del secuestro de Cambiaso y de Pereyra Rossi, Carlos Pérez Rizzo, extrajo un cuaderno de hojas amarillentas, desarmado, ajado, viejo. Dijo que era un cuaderno en el que en la cárcel, escribían sus compañeros. Para homenajear al Viejo, leyó de allí un poema escrito con lápiz y con letra muy chiquita –seguramente para ahorrar papel-, hecho “por un compañero de Corrientes”. “Se llama ´Dos buenos amigos´”, dijo.



Seguramente, la vida y la lucha de estos dos militantes no fue en vano, aunque lamentablemente, no pudieron ver una Argentina en democracia, pese a todos lo que dieron para construirla.

La militancia es dar todo. Es un elemento de la alegría

Laboratorio de Producción Multimedial I – 2013
Martín Bechiarello – Comisión B

El diccionario de la Real Academia Española define la militancia o activismo como la “dedicación intensa a una determinada línea de acción en la vida pública”. En los ´70 la militancia era realmente intensa, y muchas veces se pagaba con la propia vida. Algunas organizaciones participaban activamente de la lucha armada y defendían sus ideales hasta las últimas consecuencias. Hacer realidad un sueño colectivo era la premisa de Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi.

Gladys Cambiaso, manifestó que su hermano Osvaldo era una “persona muy bondadosa, que tenía mucho amor, y que ese amor era para todos, sobre todo para los niños, los jóvenes y los grandes”

Osvaldo “se inclinaba siempre a los más necesitados”, decía Gladys. Qué mejor definición para un militante?

José Pepe Berra, recordó que al momento de ser secuestrados y asesinados, Carlón y el Viejo estaban militando en el país. Según Berra, Pereyra Rossi tenía la tarea de reorganizar la juventud peronista, por ello viajaba por todo el país para reunirse con distintos integrantes. Y Cambiaso, afincado en Rosario, trabajaba en “reorganizar el peronismo revolucionario, el peronismo combativo, y Cambiaso era el que dirigía todo eso”

Según Berra, en Rosario crearon la Agrupación Peronista para la Liberación. Cambiaso junto a dirigentes sindicales como Mario “Negro” Aguirre o Dante Biel, eran la cara de esa agrupación en Rosario.

Eduardo Pereyra Rossi, el "Carlón", era miembro de la Conducción Nacional de la Organización Montoneros. Peleó contra toda dictadura en la primera fila, con la entereza de los verdaderos jefes.

Horacio Baster, compañero de militancia de Carlón recuerda que en esa época, se militaba con toda la vida. “Dejábamos todo, hogares, familia, no sólo nos interesaba el interés individual, sino el interés del conjunto”, afirma Baster.

Para ellos, “la liberación nacional estaba a la vuelta de la esquina”, como mencionó Baster.
Algo similar asegura Berra. Pepe, actual dirigente del Movimiento Evita en la Provincia de Santa Fe, manifestó que “el militante político tiene que ver con abrazar un estilo de vida en donde uno tiene que basar sus acciones con lo que uno piensa”. Berra también advirtió que tiene que usar la política como herramienta para transforma la sociedad, “las grandes corporaciones pueden hacer lobby sobre las instituciones y los dirigentes políticos, en cambio el pueblo tiene como única herramienta para defenderse la política”.

Berra reivindicó finalmente, la militancia como elemento de alegría. Afirmó que “uno no puede hacer un mundo mejor si lo hace con odio, hay que militar con alegría porque es por la causa del pueblo”.  Aseguró que “ver que puede ayudar o mejorar la situación de un hermano nos tiene que provocar una inmensa alegría”.