Laboratorio de Producción
Multimedial I – 2013
Martín Bechiarello – Comisión B
Ya pasaron 30 años del secuestro, tortura y asesinato de Osvaldo “el Viejo” Cambiaso y Eduardo “Carlón” Pereyra Rossi. El primero, dirigía la Agrupación Peronista para la Liberación. El segundo, era miembro de la Conducción Nacional de la Organización Montoneros. Ambos fueron “levantados” el 14 de mayo de 1983 por un grupo parapolicial. A los tres días se supo que habían muerto. El cuerpo de abogados informó recientemente que se está a un paso de concretarse el juicio oral y público. A 30 años del suceso, parece que la historia comienza a tener un cierre judicial.
Cuando a comienzos de la década del ´80 comenzaba a emitirse por televisión una serie que se convertiría en un clásico, nadie podía suponer que su nombre estaría ligado a uno de los hechos más trágicos y renombrados del terrorismo de estado que azotó a la historia argentina por varios años. La serie protagonizada por Tom Selleck en Hawaii, relataba las aventuras de un investigador privado, atrevido y seductor, de apellido Magnum. El bar del mismo nombre, ubicado en Córdoba 2787, casi Lagos, fue el lugar desde donde se llevaron al “Viejo” y a “Carlón”. Según consta en la investigación del caso, llevado adelante por el fiscal de San Nicolás Juan Murray, la zona había sido liberada para que dos autos pudieran llevarse a los militantes que estaban dentro del bar. A los cuatro días, sus cuerpos fueron encontrados sin vida en un camino rural de la localidad bonaerense de Lima, cercana a Campana. Tenían evidencias de haber sido torturados y con balazos que demostraban que habían sido asesinados a corta distancia y por la espalda.
Sin embargo, el por entonces sub comisario de la Policía Bonaerense, Luis Abelardo Patti, declaró que ambos dirigentes perecieron tras un enfrentamiento con la fuerza policial. Es lo que figura en el expediente. Los cadáveres expresaban algo muy distinto.
Al cumplirse 3 décadas, familiares, compañeros de Montoneros y otras agrupaciones, y militantes actuales, les rindieron homenaje en el mismo lugar donde se los vio por última vez soñando con un país distinto. También se recordó el asesinato de Raúl Yaguer, ocurrido el 30 de abril de ese mismo año en Córdoba. Cuando la noche comenzó a apoderarse de la ciudad, los presentes se hicieron dueños de la cuadra, y de cara al bar Magnum recordaron al Viejo Cambiaso y a Carlón Pereyra Rossi. Quien llevó las riendas del encuentro fue Juan Emilio Basso, de la agrupación Hijos Rosario, que hizo alusión a “las banderas que los compañeros dejaron tras su caída pero que hoy se siguen levantando: el sueño de patria para todos, la posibilidad de un socialismo nacional, la revolución como la que soñaron los montoneros”.
Basso también aseguró que hacer verdadera justicia, no es sólo “meter en cana a los represores”, sino construir una patria como la que querían los compañeros.
Luego de hacer la apertura, dio paso a un video donde se pudo ver y escuchar una entrevista que le hicieron a Eduardo Pereyra Rossi en agosto de 1982. Acto seguido, el doctor Álvaro Baella, miembro del equipo jurídico de Hijos, explicó que la causa está próxima a un juicio oral y público. Posteriormente, se escuchó a la tímida y emocionada Gladys Cambiaso, hermana de Osvaldo, quien agradeció la convocatoria y explicó que su hermana Ethel no pudo asistir.
Tanto ella como los muchos compañeros de actividad en la década del 70 tenían anécdotas para contar y remarcaron lo valiosos que fueron Osvaldo y Eduardo como personas, compañeros y dirigentes. Hacia allí fueron los relatos de Carlos Pérez Rizzo, quien compartió días en la cárcel, Gloria Canteloro y José Berra, quienes actualmente pertenecen al Movimiento Evita. Todos destacaron la importancia de Cambiaso y Pereyra Rossi en aquella lucha. Otros dirigentes peronistas expusieron en el acto, como Hugo Ríos de la Corriente Nacional Descamizados. Además, representantes de organizaciones de derechos humanos como José María Budassi de la Mesa de la memoria por la Justicia de San Nicolás y Lúis Megías del Colectivo de ex Presos Políticos y Sobrevivientes. Éste, destacó la presencia de caras jóvenes y la renovación que se vive en la militancia. Aseguró que los 3 dirigentes homenajeados “viven” en la juventud que abraza la política en la actualidad. Trazando una relación entre aquella generación y la actual, pero siempre destacando el rol de la militancia en la democracia.
Como cierre del acto, se descubrió una placa que puede contemplarse en la vereda del bar. Un baldosón que rememora el episodio ocurrido hace 30 años firmado por el Movimiento Evita.
Quizás esa sea la continuación de la lucha que erigían los militantes políticos y sociales de aquella época. Intentando recuperar la democracia y tratando de evitar que unos pocos se adueñen del sueño de muchos. A ellos, y a los que no se animaban a la lucha, Pereyra Rossi les apuntó en su poema Convocatoria:
Convoco a los que todos los días se levantan y salen a yugarla por migajas que no alcanzan, a que se rebelen. / Convoco a los que todos los días vacilan en ir o no ir al templo que envejece los corazones. / Convoco a los que caminan sin rumbo en una tarde cualquiera, buscando una razón. / Convoco a los pacíficos que no están cumpliendo con su deber a pesar de sus buenas intenciones. / Convoco a los que no comen lo suficiente ni se abrigan lo necesario y tienen sed torrencial. / Convoco a los pequeños de ambiciones que dejan a los demás ambicionar más de la cuenta. / Los convoco a dar vuelta el pulóver, a pegarle al prepotente y a escupir en la cara a los que no han sido convocados. / Los convoco a romper lo que no sirve, a perpetrar los robos necesarios, y a recuperar lo perdido. / Los convoco a cagarse en el miedo y patear las puertas donde encerrados están los condenados. / Los convoco a abrir las cárceles a ventilar las tumbas y a levantar las calaveras de los hermanos heridos de muerte. / Los convoco a abrazarse en las plazas del país, a escribir los muros, y a fusilar a los fusiladores. / Los convoco a no atar nada, sino a despedazar las cadenas. / Los convoco a agitar banderas y colores y correr liberados por las calles y por los campos húmedos de rocío. / Los convoco a ser sinceros, a putear a los hijos de puta, a desobedecer al tirano, a amar sin límites y a odiar. / Y si, a ésa convocatoria por impolítica no concurre nadie, ¡Mala leche! Quedan entonces convocados al entierro de la vida del que tuvo ésta pésima idea. / Sí a ésta convocatoria vienen algunos, pero no todos los convocados, no importa, en la próxima seremos más. / Y, si a ésta convocatoria, vienen todos los convocados, la cordura habrá invadido en Revolución nuestro país para siempre.
Quizás la justicia tarde 30 años en resarcir los crímenes cometidos. Pero como previno el mismo Pereyra Rossi, es “Sólo una mediación”